Comencé a escribir "Los chicos de oro y el lago sagrado" con la clara idea de homenajear las historias de uno de mis villanos favoritos, Fumanchú, y de paso aprovechar para agregarle un marcado contenido erótico y meter a cuatro o cinco chicos orientales desnudos en la piscina de un burdel. Por aquel entonces, aparte del proyecto PanicoTerror, tenía entre manos otro relato protagonizado por un agente de policía que resolvía un asesinato múltiple gracias a la ayuda de su mascota, un ratoncillo que siempre viaja en el interior del bolsillo de su chaqueta. Mi intención era darle un toque a lo "Twin Peaks", con ratón en lugar de grabadora y tres excursionistas desmembradas en lugar de una sola Laura Palmer. Cuando trabajo en varios relatos a la vez, acabo mezclándolos, no lo puedo evitar (algún día contaré cómo comenzó "Cerrado por inventario" y por qué acabó siendo lo que acabó siendo) y fue cuestión de días que el agente Williamson y su ratoncito Prescott (Nombres que son guiños a Kevin Williamson, guionista de "Scream", la película de la que es protagonista la sufrida mártir Sidney Prescott) acabaran investigando la desaparición de varios turistas en Tailandia, todos ellos víctimas de los encantos de los chicos de oro, esos jovencitos que, como sirenas, atraen a los hombres para después...Bueno, no destriparé lo que los chicos de oro hacen con los despistados, pero sí que por supuesto, la mente criminal de Fumanchú está tras este complot de dimensiones apocalípticas.
DBSK suenan en el burdel "El lago sagrado"
Otra de las grandes influencias de este relato es el Hentai de Tentáculos, Shokushu Goukan o Tentacle Rape, es decir, el porno en el que una mujer (o un hombre) es violado por un monstruo lleno de tentáculos, por un calamar gigante, vamos. Siempre me ha gustado el exceso y surrealismo de estas historias y por fin me siento libre y en el entorno adecuado para dar rienda suelta a este tipo de encuentros carnales/calamares (permitidme el chiste). Al fin y al cabo fue el objetivo de PanicoTerror desde un principio, divertirme escribiendo lo que quizás en otro contexto no me atrevería a escribir. De ahí también la aparición de la mitología Lovecraftiana, porque qué es si no "La llamada de Cthulhu" si no un Shokushu Goukan occidental. A los más puristas o entendidos en la materia les parecerá fatal que yo diga que un calamar es un calamar, ya sea Dios Primigenio o no. Ahí queda dicho. Pero me apetecía rizar el rizo y que Fumanchú tuviera de su parte al Señor de R'lyeh. Ah no, que cuando rizo el rizo es cuando aparece el espectro de Miriam Hopkins (!!!) Esta anécdota es divertida. Entre tanta referencia y guiño, el personaje de la mujer que vaga eternamente por la torre del burdel quedaba un tanto soso. Recordé que hace años, mi amigo Rafa tuvo que demostrarnos la existencia de Miriam Hopkins, una actriz según él conocidísima pero que la verdad, yo no había escuchado en la vida. El cachondeo nos duró meses y aún a día de hoy la historia sale de vez en cuando. A pesar de que incluso nos trajo una ficha biográfica del Fotogramas, seguimos negando su existencia. Me pareció gracioso que esta mujer, perdida en el limbo, entre cuervos mutantes, fuera la señorita Hopkins. Claro, es un chiste que vamos a entender tres, pero bueno, queda bastante bizarro.
Miriam Hopkins, la actriz favorita de Fumanchú
¡Ah, y está la Katana, claro que sí! Es obvio que si se esgrime una katana en este relato tan bizarro, ha de ser una de Hattori Hanzo (de Kill Bill).
Al principio, cuando le di el relato a Mike para que lo leyera, le dije que era el despropósito más grande que había escrito, que no tenía ni pies ni cabeza. Ahora, estoy muy orgulloso, me parece una bizarrada genial y ha dejado de tener ese halo de relato maldito que tenía para convertirse en un punto de partida hacia futuros trabajos, como por ejemplo, un relato que muy pronto podréis leer, llamado "El amante tentacular" (Mmm...¡Tentáculos!)
Al estar agotado el número 2 de PanicoTerror, "Los chicos de oro y el lago sagrado" volverá a ser publicado, pero en esta ocasión dentro del volumen recopilatorio "Omnibus Darko". ¡Si aún no lo has leído, esta es tu oportunidad!
